lunes, 26 de octubre de 2009

Becarios: Eugeña Ferreras


Eugeña Ferreras está desarrollando versiones de centos infantiles en el Laboratorio.

En sus palabras:

"De chicos estábamos tan predispuestos al asombro, que todo por lo que nos dejábamos encantar, nos parecía además posible. incluyendo los príncipes, las hadas, las brujas... y las historias que incluían esos personajes eran el empuje a cargar todo el tiempo con el peso de una tristeza, no mala sino inquieta, de anhelar que a la vida le pasaran ese tipo de cosas... que existiese lo que nos diera vuelta las circunstancias, que lo cotidiano fuese más intenso y que en todo fuese más clara la evidencia de algo más grande detrás. en éstos cuentos está un poco esa búsqueda de resonar en la parte del corazón que se movía con los cuentos en la infancia. por eso parto de las mismas historias. pero no puedo usar los mismos elementos, porque de los príncipes las hadas y las brujas ya me desilusioné. trato de buscar entonces, ahora, en situaciones más cotidianas, la excepcionalidad que hace posible arrancarlas de lo común."

Y aquí una de sus obras:



Ricitos de oro

Iba por la avenida. Buscaba algún hogar para la tarde.
El sol se me enredaba en el pelo, el cuaderno en el morral.
Por dos plazas pasé, pero seguí caminando.
Y sí me quise quedar en el cantero de un edificio donde nadie tuvo miedo de dejarse inundar de dientes de león.
Y a los dos poemas me fui. Y me cambié de calle.
Entonces me choqué con el colectivo desde el que más me gusta mirar por la ventana.
Y me subí, por supuesto.
Y antes de bajar, le amputé al cuaderno las últimas hojas escritas y se las regalé al asiento que por un ratito había sido nada más que mío.

Mas tarde en el parque le sonreí a una nenita, y le dije, sin que me viera el padre, que si se daba cuenta de lo contento que andaba el sol.

Después, con ganas otra vez de hogar, me fui hasta tu casa.

Y así esta tarde un portero dijo que porqué estarán así tan desparramados por la vereda los dientes de león, y un profesor que quién habrá escrito estos poemas, y un papá que de dónde habrá sacado esta nena que el sol anda contento.
Y vos que ¡acá estás, chiquita, la que me anda moviendo la vida!

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